auxi: tu cuerpo te habla..... escuchalo

carta de mi niña a mi adulta

Hola, grandullona, te veo muy grande, ya sabes como siempre creí que ibas a ser chiquitita, pero aun así grandullona siento que sufres, porque sufro yo. Sé que a medidas que puedes intentas escucharme, acompañarme y sanarme, pero. Otras veces haces oído sordos, ya, lo sé, es muy duro………. Recordar, sanar tosas mis heriditas.
Sabes? El otro día me encanto cuando estuviste tan cerquita de mi, cuando recordamos el calor que pasábamos al llevar la comida a la abuela , la sed, y como en ese paseo interminable y infernal íbamos hablando y envidiábamos a mama, papa y los hermanos , que mientras nosotras pasábamos calor ellos veían una película tumbados fresquitos en el salón, recuerdas………, todavía cuando lo recuerdo siento el peso de el calor al mediodía y nuestro estómagos bacitos, recuerdo que paso un perro boqui abajo, con cara de pena, calor ,abandonado y llorando nos identificamos con él, y como corríamos mientras las lagrimas caían, de un árbol a otro para refúgianos a la sombrita de sus ramas , ay……………………..,que mal grandullona lo pasamos con la humillaciones del tito, y la vuelta a casa otra vez pufffffff , otra vez calor después de la humillación y de sentirnos sucias, QUE SUFRIMOS…,.
Aunque el otro día te sentí muy cerquita de mí, me acogiste para ayudarme a entender un poco de todo esto, sentí como mis heriditas aun sangran cuando las dos nos ponemos a reflexionar, que como podía ser posible, que si a mama le parecía lejos y la daba asco del tito, como nos mandaba allí a ti y a mí, tan chiquita, tan lejos, con tanta calor.
Todavía no entiendo , aunque sé que tu intentas explicarme, esa sensación de abandono, esa falta de cariño…………………… normal soy tan chiquitita ………… pero ahora sé que tu estas, me escuchas me acoges me das y buscas para darme aquello que no tuve- tuvimos .
Desde aquí quiero animarte a que sigas, necesito que me sigas escuchando y que me ayudes a resolver todo esto y todo lo demás que solo tú y yo sabemos, escúchame, se que junta podemos ser feliz.

Ante mi orgullo y alegría de ser tu niña, te mando un beso desde aquí, para ti solita, solo para ti. No me olvides
Tu niña

carta de mi adulta a mi niña

Carta de mi adulta a mi niña

Hola cariño, claro, claro que me acuerdo de todo lo que comentas y de lo que no me comentas también, sí que es cierto que sufriste – sufrimos , pero ahora estoy yo, ahora te sostengo , esta grandullona tiene unos brazos grandototes para hacerlo, aunque a veces ni tan siquiera sé donde los tengo, cuando me sientas así nunca crea que se me olvido que estas hay, además ahora es difícil pues cuando sufro si cierro los ojos y presto atención te escucho llorar, y es cierto en la medida que puedo intento explicarte todo lo que está pasando, aunque a veces no creas…… , cuando la rabia y la ira nos azota ni tan siquiera yo tan grandullona entiendo a veces lo que está pasando.
Bueno, quiero decirte QUE TE QUIERO y acepto como realmente eres con tus heridas y tus alegrías, que estoy, estoy aquí para sostenerte, cuidarte y caminar juntitas.

Te quiero

Tu adulta.

libro recomendado. la enfermedad como camino

Añadiendo que, en su opinión, todo síntoma es un mecanismo de regulación de la Naturaleza que está al servicio de la evolución. Es decir, que se trataría de una señal que emite nuestro cuerpo cuando existe contradicción entre sus impulsos internos y lo que vive en el exterior a fin de que su "dueño" introduzca cambios en su vida. De ahí que ambos investigadores planteen la necesidad de no erradicar los síntomas, sino aliarse con ellos. Es decir, vienen a explicar que cuando un aparato da problemas y se enciende una luz de aviso, rápidamente nos disponemos a averiguar las causas de esa señal de alarma. Sin embargo, cuando eso sucede con nuestro cuerpo intentamos "apagar" esa lucecita de aviso atiborrándonos de pastillas. Y cuando el síntoma ha desaparecido creemos, equivocadamente, que hemos sanado. Sin embargo, poco tiempo después aparece una nueva dolencia que requiere nuestra atención.

terapia corporal y desarrollo personal

APRENDER A ESCUCHAR

UN CUENTO ORIENTAL PUEDE ESTIMULARNOS A AFINAR NUESTRA CAPACIADA DE ESCUCHA PARA LLEGAR MÁS ALLÁ DE LA SIMPLE PERCEPCIÓN DE LAS PALABRAS.

“Un discípulo antes de ser reconocido por su maestro, fue enviado a la montaña para aprender a escuchar a la naturaleza.
Maestro, he oído el piar de los pájaros, el aullido de los perros, el ruido dl relámpago.
NO- le dijo el maestro-, vuelve otra vez a la montaña. Aun no estás preparado.
Por segunda vez dio cuenta al maestro de lo que había percibido.
Maestro, he oído el ruido de las hojas al ser mecida por el viento, el cantar del agua en el rio, el lamento de una cría sola en el nido.
NO- Aun no estás preparado, vuelve a la naturaleza y escúchala.
POR FIN UN DIA…..
Maestro , he oído el bullir de la vida que irradiaba el sol, el quejido de las hojas al ser holladas, el latido de la salvia que ascendía por el tallo , el temblor d los pétalos al abrirse acariciados por la luz.
- Ahora SI. ven porque has escuchado lo que no se oye

CUENTOS

Sé como un muerto

El maestro le dice al discípulo:

--Acércate al cementerio. Una vez allí, con toda la fuerza de tus pulmones, comienza a gritar toda clase de halagos a los muertos.
El discípulo se dirige al cementerio. Una vez allí, comienza a decir toda suerte de elogios a los muertos y después regresa junto al maestro.

-¿Qué dijeron los muertos? -pregunta el maestro.

-No respondieron -contesta el discípulo.

Y el maestro le ordena ahora:
-Volverás al cementerio y soltarás toda clase de insultos a los muertos.

El discípulo acude de nuevo al cementerio y sigue las instrucciones del maestro. Vocifera toda suerte de imprecaciones contra los muertos y después se reúne con el maestro.

-¿Qué dijeron los muertos? -pregunta por segunda vez el maestro.

-No respondieron -con, testa el discípulo.

Y el maestro concluye:
-Así debes ser tú: indiferente como un muerto ante los halagos o los insultos de las otras personas.

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miércoles, 4 de noviembre de 2009

tu cuerpo te habla..... escuchalo

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